Las hermanas de Las Huelgas, tan especiales como siempre, nos habían preparado un regalito. Era un regalo simbólico. «DESDE AHORA TENÉIS QUE VER LAS COSAS DE OTRA MANERA», nos dijeron.
“A todos los huéspedes que vienen al monasterio recíbaseles como a Cristo, porque él dirá:
fui forastero y me hospedasteis. A todos les darán el trato adecuado, sobre todos a los
hermanos en la fe y a los extranjeros”. (San Benito, Regla de los monjes, 53)
SALUDO DE BIENVENIDA AL SR. ARZOBISPO
Saludamos y damos la bienvenida a este Monasterio de Santa María la Real de las Huelgas a don Mario Iceta, nuevo Arzobispo de Burgos desde el 5 de diciembre pasado, día en que tomó posesión de esta iglesia en Burgos. Desde hace medio año, pues, tenemos un nuevo Pastor para dirigir los pasos de cada una de las comunidades diocesanas y, muy en particular, también de esta porción el pueblo de Dios de los consagrados en la vida contemplativa, como es nuestro caso. Sabe usted mejor que nadie la inestimable ayuda que para su ministerio episcopal suponen estas comunidades orantes de día y de noche, abundantes en nuestra diócesis, aunque también en momentos de alguna debilidad en cuanto al número y la edad de los consagrados.
La Madre Abadesa y todas las Hermanas esperan y celebran con gozo este primer encuentro con su Pastor en una celebración especialmente significativa para la Ciudad de Burgos, la fiesta del Curpillos, que se celebra tradicionalmente el viernes siguiente al Corpus, coincidiendo litúrgicamente con la Solemnidad del Sagrado Corazón. Ambas celebraciones apuntan a lo más nuclear de nuestra fe: la comunión con Dios y con los hombres, aspectos fundamentales en la vida religiosa de esta comunidad monástica cisterciense desde la misma fundación del monasterio.
Don Mario, reciba el más cordial saludo de todos cuantos aquí estamos, y agradecidos y gustosos le pedimos su bendición y fraternal ayuda para ser fieles a nuestra misión dentro de la Iglesia.
Juan José Pérez Solana
Capellán
EPIFANÍA EN EL MONASTERIO
Las campanas de hoy son las campanas de Las Huelgas, (más…)
Dentro del marco del Capítulo General de la Congregación Cisterciense de San Bernardo que ha tenido lugar en el Monasterio de Santa María la Real de Las Huelgas, en Burgos, se ha celebrado el noveno centenario de la llamada Carta de Caridad, decreto con valor jurídico escrito por el Abad San Esteban Harding, “que no pretende en absoluto otro tipo de imposición que no sea la caridad, ni otro beneficio más que el bien espiritual y temporal de todos los hermanos.”
Con tan fausto motivo, a petición del Abad de San Pedro de Cardeña, Coordinador de esta celebración en España, acudieron un considerable número de Abades y Abadesas de la Orden Cisterciense, para participar en esta importante conmemoración.
Mientras iban llegando los numerosos asistentes se inauguró una preciosa exposición en la que se podían contemplar las maravillosas obras de arte confeccionadas por monjes y monjas cistercienses sobre la Carta de Caridad.
A las once de la mañana comenzó la Eucaristía de Acción de Gracias, presidida por Dom Eamon Fitzgeral, Abad General de la OCSO, acompañado por numerosos Abades de la Orden.
Verdaderamente es justo y necesario dar gracias a Dios. Emocionaba contemplar la enorme iglesia del monasterio tan llena de corazones vibrando de gozo y alegría.
Finalizada la Eucaristía tuvieron lugar allí mismo unas conferencias sobre los desafíos de la Carta de Caridad en pleno siglo XXI, en la que tomaron parte Dom Eamon, M. Kándida Saratxaga, Abadesa Presidente de la Congregación de Castilla y Dom Isidoro Anguita, Abad del Monasterio de Santa María de Huerta y Presidente de la RE, actuando como Moderador Dom Roberto de La Iglesia, Abad de San Pedro de Cardeña. Finalizado el acto M. Angelines de Frutos, reelegida nuevamente como Presidente de la Congregación de San Bernardo, pronunció unas palabras de agradecimiento.
Y llenos de entusiasmo salimos al claustro donde nos esperaba el bellísimo trabajo realizado por nuestras hermanas del Noviciado.
Y unas larguísimas mesas en las que pudimos compartir una riquísima y fraternal comida que todos acogimos con verdadero gusto; finalizando con una amena representación teatral que interpretaron fidelísimamente las hermanas del Monasterio de Villamayor de los Montes, seguido del himno compuesto para esta ocasión interpretado por monjas y monjes cistercienses.
Los que todavía estaban en nuestra casa pasamos al Coro para dar gracias al Señor en el Oficio de Vísperas.
Jesús, que después de resucitar ascendió de nuevo a la casa del Padre de la que había salido para salvar a los hombres, no quiere dejarlos solos después de su partida y se queda con ellos en el Santísimo Sacramento de su Cuerpo y de su Sangre. Y una vez al año sale por las calles o callejuelas de los distintos pueblos y ciudades de ese mundo creado por Él y para Él.
A modo de aquellos judíos que arrojaban sus mantos al paso de Jesús al entrar en Jerusalén, existe una tradición ancestral que consiste en tapizar con alfombras de flores el recorrido de Jesús Sacramentado por nuestras calles y plazas.
El día del Corpus Christi, las monjas de las Huelgas celebramos la Eucaristía solemne en la preciosa iglesia gótica del monasterio en la que reposan los restos del rey D. Alfonso VIII y su esposa Dª Leonor, nuestros fundadores, amén de otros muchos miembros de la familia real o la nobleza de la época. Una vez finalizada ésta, acompañamos al Señor por el claustro, en procesión y cantando himnos, hasta el coro del interior donde las monjas compartimos la Eucaristía, rezamos el Oficio Divino y oramos habitualmente.
No son nuestros mantos los que tendemos al paso del Señor, ni siquiera nuestras cogullas, que vestimos para orar, sino el esfuerzo y el trabajo de toda la comunidad que, cada una a medida de sus posibilidades, va realizando durante varios días. Unas hermanas transportan carretillas cargadas de olorosas rosas que este año hemos tenido en abundancia en la huerta, y que las hermanas más mayores van deshojando y separando en cestos según los distintos colores. Otras van cortando el tallo, una por una, a las hojas de hiedra que van llegando en otras carretillas. Todas podemos hacer algo en ese silencioso y orante trabajo comunitario.
Mientras tanto las hermanas del noviciado, que son verdaderamente jóvenes, arrodilladas en el suelo del claustro, van dando forma a los distintos dibujos que han trazado y desplegando una bellísima alfombra de flores como podéis contemplar en las fotos que ilustran estas líneas. Sólo hay serrín, que ellas mismas han teñido, hiedra y rosas. Y por encima de todo el amor a Jesús Sacramentado al que hemos acompañado por el claustro y que está siempre con nosotras.
Mary Carmen Sanjuan
Al concluir la Octava de Pascua los estudiantes de la OCSO, CCSB y OSB se reunieron para afrontar una nueva edición del PREM. En esta ocasión se ha celebrado en el entorno privilegiado e histórico que es el Monasterio de Santa Mª la Real de Las Huelgas. Aunque es una comunidad ya especializada en organizar grandes eventos, hay que destacar el esfuerzo de las hermanas al acogernos este año casi de improviso, y sobre todo teniendo en cuenta que ya están inmersas en los preparativos para la celebración en septiembre de su Capítulo General.
La Comunidad, con Madre Trinidad a la cabeza, nos ha recibido con los brazos abiertos y con infinitud de detalles, que nos han hecho sentir a todos que estábamos como en “casa”. Sobre todo lo han notado la gran cantidad de estudiantes que sucumbieron a los microbios y tuvieron que recibir los considerados y solícitos cuidados de Madre Julia, eficiente y atenta enfermera donde las haya.
Aunque la meteorología ha sido muy variable e impropia de estas fechas, hemos podido disfrutar de los típicos paseos por la huerta del monasterio que nos han servido para despejar la cabeza, estirar las piernas después de las intensas clases y sobre todo confraternidad entre nosotros.
Una liturgia pausada, cuidada y sencilla en la que hemos podido colaborar activamente, nos ha acompañado estos días, permitiendo disfrutar aún más de los momentos de oración y silencio que jalonan el ritmo monástico.
El número de estudiantes ha subido esta vez a 31, incorporándose 4 hermanos nuevos, incluido un monje benedictino de Lazkao (Guipúzcoa); el ambiente entre nosotros ha sido formidable y de una riqueza monástica muy curiosa.
Los estudiantes fuimos llegando a lo largo del lunes 29 de abril y éramos recibidos en portería por M. Abadesa Presidenta, siempre sonriente aun estando convaleciente de su brazo fracturado.
A la mañana siguiente comenzamos nuestras clases con la asignatura Cartas Paulinas I impartida por P. Ignacio Rojas, trinitario, profesor de la Universidad de Granada; que nos ha hecho disfrutar de esta materia, despertando gran interés en todos, por su pedagogía y claridad en la exposición de las clases. Señalamos con gozo el gran beneficio que nos va a reportar el temario en nuestra lectio personal.
Simultáneamente estos días tuvimos la asignatura complementaria de Sociología impartida por P. Bernabé, de San Isidro. Nos ha sorprendido la didáctica de audiovisuales que ha escogido para dar sus clases, que nos ha hecho muy llevadera su materia, sobre todo porque la teníamos a última hora de la tarde y ya nos encontrábamos algo “saturados”.
P. José Ignacio, de Huerta-Monte Sión, nos dio Teología Fundamental, muy fundamental ella pero… muy densa en contenidos. Hay que señalar el esfuerzo hecho por el profesor para facilitarnos la asimilación de la materia con sus característicos gráficos, diagramas y esquemas, que han conseguido atraer con interés nuestra atención para seguir sus explicaciones.
Seguimos con Metafísica, dividida en dos fines de semana, de la mano de Felipe Izquierdo, laico, profesor en Burgos; la asignatura muy compleja de por sí nos ha resultado asimilable gracias a los apuntes elaborados por él mismo y a sus amenas explicaciones, que nos han permitido acercarnos sin miedo a esta materia tan enredada.
Y por último, y no por ello menos interesante, Historia de la Iglesia II, con P. Miguel, de San Isidro; esta vez pudimos estudiar la etapa moderna y contemporánea, con gran realismo, entusiasmo y energía por parte del profesor. Siendo un período de tiempo que abarca tantos siglos, han sido los días de esta materia muy intensos para concentrar tanto temario. Nos sorprendieron gratamente los audiovisuales musicalizados que utilizó en varias ocasiones.
Los domingos por la tarde aprovechamos para hacer escapadillas por la ciudad de Burgos. La primera para contemplar la impresionante y siempre atractiva Catedral gótica, que se encuentra de preparativos para las celebraciones del VIII centenario de su Fundación; de camino pudimos admirar la casa natal de San Rafael Arnaiz y algunos edificios emblemáticos de la capital. El siguiente domingo nos acercamos al Monasterio de San Bernardo para saludar a nuestras hermanas de Pisones, que nos recibieron con gran simpatía y sencillez; pudimos rezar Vísperas juntos y disfrutar de una suculenta y abundantísima merienda.
El martes 7 hicimos la salida cultural, primeramente pudimos participar de Angeli Exposición de Las Edades del Hombre ubicada esta edición en Lerma y distribuida en varias iglesias de la localidad. Quedamos sorprendidos por la belleza, singularidad y calidad de las obras seleccionadas para esta cita. Al concluir la visita nos desplazamos hasta el Monasterio de Silos, donde los monjes benedictinos nos acogieron gratamente a pesar de llegar a la “hora santa” de la siesta… después de comer asistimos con ellos al rezo de Nona, donde pudimos apreciar la belleza del gregoriano que siempre les ha caracterizado. Muy amablemente el P. Prior nos enseñó y explicó con detalle el claustro románico, la antigua botica y el pequeño museo que tiene la Abadía.
Después partimos hacia el último destino de nuestra expedición: Villamayor de los Montes. A la puerta del Monasterio nos encontramos unos simpáticos burros castellanos que hicieron la delicia de muchos hermanos, al ser la primera vez que saludaban tan entrañable especie.
Al entrar al cenobio, nos sorprendió el numeroso grupo que integra el noviciado con un canto de bienvenida en diferentes lenguas, queriendo ser reflejo de la interculturalidad que vive ahora la comunidad de Villamayor.
Celebramos juntos la Eucaristía integrada con Vísperas y después pasamos al locutorio donde disfrutamos de una copiosa cena para reponer las fuerzas de un día que estaba siendo muy intenso.
Cuando salieron los riquísimos postres, empezaron también los coros y danzas de distintas naciones, siendo deleite para todos y broche final a un día muy completo.
Esta vez el PREM “doctoraba” a cuatro de nuestras estudiantes: Carmelina, Claudia y Carmen de San Clemente en Sevilla y Marta de Villamayor; les preparamos una pequeña despedida con múltiples regalos y riquísimos bombones de la Trapa, con la que quisimos agradecerles todo lo que cada una de ellas nos han aportado estos años, una huella imborrable, su entrega generosa y la experiencia tan positiva para todos; sabemos que nos acompañan ahora desde sus Monasterios y que seguimos unidos por la oración y… el internet, claro!!
También, como es tradición, hicimos una fiesta a la comunidad de Las Huelgas para agradecerles todo su esfuerzo durante estos días, pues tener a más de 30 monjes tanto tiempo se nota mucho. Pudimos deleitarnos con múltiples números cómicos, preciosos cantos muy bien ejecutados y hasta sevillanas!!! Que hicieron el agrado de las hermanas y el disfrute de los estudiantes.
Parte de estos días pudimos contar con la presencia de nuestro Secretario de Formación, P. Carlos Mª, de Sobrado, que sigue con interés nuestra evolución estudiantil y monástica, procurando el correcto desarrollo de nuestro plan formativo.
Falta reseñar el estreno impecable de nuestro delegado Hno. César, de Oseira y su eficiente secretaria Hna. Carolina, de Benavente. También se nombró un nuevo cronista, siendo designado Hno. Daniel Mª, de San Isidro.
Sólo queda dar gracias a Dios por esta nueva oportunidad que nos ha concedido de estar juntos, de estudiar, aprender y sobre todo seguir buscándolo allá donde estemos.
Me despido hasta el próximo PREM, que Deo volente, se celebrará en tierras palentinas, nos acogerá la Comunidad de San Isidro de Dueñas, monasterio de nuestro querido Hermano San Rafael Arnaiz; hasta entonces vamos a seguir estudiando, que han sido materias bastante densas y no nos va a faltar trabajo.
Fray Daniel Mª, ocso.
MIÉRCOLES 29 DE MAYO DE 2019
Por tercer año consecutivo hemos celebrado como Parroquia Castrense de la Plaza de Burgos, junto a nuestros Regimientos de Ingenieros y Transmisiones, todos los demás Militares que tienen como Patrón y Protector al glorioso Rey San Fernando y todos los fieles que conforman esta Parroquia Castrense que lo han deseado, con nuestro General Jefe de la División San Marcial y Comandante Militar de Burgos, Soria y Cantabria a la cabeza, la Santa Misa Solemne en honor de nuestro Santo Rey en la Iglesia del Real Monasterio de Santa María de Las Huelgas.
Dicha celebración tuvo lugar en el Altar del Panteón Real de Castilla de su Iglesia monumental, donde reposan muchos de los familiares de nuestro glorioso Rey San Fernando. En este año, a nuestra solemne celebración se le añadía un carácter especial, ya que estamos conmemorando el 800 Aniversario del nombramiento de Caballero del Santo Rey Fernando III. Evento que tuvo lugar en este mismo Monasterio el 23 de noviembre del año 1219, Festividad de San Clemente, Papa y Mártir.
También para este año solicité al Cabildo Catedral de Burgos la Reliquia que poseen del Santo Rey desde el año 1921, en que el Cardenal Arzobispo de Sevilla la concedió de su cuerpo incorrupto que se conserva en la Capilla Real de la Catedral Hispalense, para que también en Burgos se pudiera venerar al glorioso Rey San Fernando que tanta relación tiene con esta ciudad castellana. El Cabildo Catedral atendió gustoso dicha solicitud concediéndonos el privilegio de tener entre nosotros tan preciada Reliquia; hecho que agradecemos de corazón, ya que fue muy emotivo para los que tenemos al Santo Rey Fernando como Patrón y Protector “que nos guía y nos protege y nos da su fuerza y gloria” poder venerarlo y honrarlo por medio de esta bendita Reliquia de su cuerpo.
Tenemos que resaltar también de esta celebración tan solemne y emotiva, el gozo que nuestras queridas Madres Cistercienses, Madrinas de los Regimientos de Ingenieros y Transmisiones de esta Plaza, sintieron al ver el gran número de militares que habían acudido para venerar, junto a ellas, al glorioso Rey San Fernando, modelo de Santo soldado de Cristo y de la Patria. Le agradecemos de todo corazón su cariñosa acogida, sus magníficos cantos con el que solemnizaron la Santa Misa y la estima y afecto que siempre nos profesa a los que servimos a España y a los que servimos a los que sirven.
Por último, quisiera también hacer llegar mi gratitud a todos los que han hecho posible que esta santa celebración en honor de nuestro glorioso Rey San Fernando se haya celebrado con tanta solemnidad y haya resultado tan emotiva y especial: A los Hermanos Sacerdotes que concelebraron, al Maestro de Ceremonias, a mis queridos Cabo y Soldados que se ofrecieron voluntariosamente para ayudar, asistir y participar en la celebración en honor de nuestro Santo Patrón, a mis queridos militares que participaron de la misma proclamando las Lecturas de la Santa Misa o realizando la Monición de Entrada y las Preces, a todos y cada uno de mis muchos feligreses de la Parroquia Castrense de esta Plaza que asistieron,
y a Alberto y a Carmen de Patrimonio Nacional por todas las facilidades que nos brindan para que sea posible esta celebración. Y, sobre todo, a nuestras queridas Madres Cistercienses que, desde hace ya tres años, nos abren las puertas de su Monasterio y de sus corazones brindándonos tanto cariño e ilusión.
Que el glorioso Rey San Fernando ruegue por nosotros y por nuestra querida España.
Rvdo. Pedro José López Suárez
Capitán-Capellán del SARFAS
Párroco-Capellán Castrense de la Plaza de Burgos
Impresionante el diálogo final de la película La misión. Después de que se ha producido la cruel matanza de los jesuitas y de los indios guaraníes, el cardenal Altamirano pregunta a los embajadores de España y Portugal si había sido necesario derramar tanta sangre. Uno de ellos le responde: “Desengáñese, excelencia, en este mundo tenemos que vivir”. El cardenal Altamirano, con el rostro embargado por la tristeza, le dice entonces: “No, señor embajador, somos nosotros los responsables de este mundo. Soy yo el responsable de este mundo”.
La pasión de Cristo no es sólo una página del pasado. Es también una página del presente, en la que seguimos teniendo nuestra alícuota responsabilidad. La pasión de Cristo no ha terminado. Cristo sigue hoy sufriendo en el hombre hermano, con el que Jesús se ha identificado. Es posible que por pereza, comodidad, por cobardía no lo queramos reconocer pero, hoy, Cristo sigue sufriendo la pasión cuando no sabemos acompañar a nuestros hermanos que sufren, que sienten angustia y se sienten solos, como hicieron los discípulos predilectos en el huerto de Getsemaní. Hoy, Cristo sigue sufriendo la pasión cuando vendemos nuestra vida por treinta monedas de plata; cuando nuestro deseo de medrar nos lleva a hacer negocios no tan limpios y a no prestar a nuestros hermanos la ayuda que necesitan; cuando vendemos nuestros mejores ideales a causas que no merecen la pena.
Hoy, Cristo sigue sufriendo la pasión cuando buscamos en la violencia la solución de los problemas, como aquellos que prendieron a Jesús con palos y espadas; cuando dejamos que cualquier tipo de violencia injusta se apodere de nuestro corazón; cuando no respetamos a los hombres y los acusamos sin verdad; cuando descalificamos injustamente a los que nos denuncian nuestro bienestar y nuestra instalación.
Hoy, Cristo sigue sufriendo la pasión cuando le negamos por vergüenza y cobardía, como hizo Pedro; cuando nos dejamos arrastrar por el respeto humano y no confesamos con valentía y sinceridad nuestra fe; cuando no defendemos la causa de la justicia por miedo a los problemas y dificultades que ello nos puede traer. Cuando nos lavamos las manos como Pilato; cuando no vivimos comprometidos con la causa de los que sufren; cuando encogemos los hombros y no defendemos la verdad y la justicia, por miedo a las consecuencias que pueden seguirse. Cuando nos dejamos arrastrar por las corrientes hoy en boga, como hicieron las turbas de Jerusalén; cuando somos uno más del montón, que condenamos a ciertos hombres porque todo el mundo lo hace así, sin ponderar lo que hay de verdad en esas condenas. Hoy Cristo sigue sufriendo la pasión cuando nos burlamos de los que sufren, de los marginados de la sociedad, como hicieron los soldados; cuando nos reímos del dolor ajeno, especialmente de los débiles….
No acusemos solamente a los judíos; démonos, hoy, un sentido golpe de pecho, porque todos nosotros seguimos siendo responsables de la pasión de Cristo, que aún no ha acabado. No podemos encoger los hombros porque “en este mundo tenemos que vivir”. “Somos nosotros (tú y yo; yo y tú) los responsables de este mundo”.
Jesús Yusta Sainz
Mary Carmen es hospedera en Las Huelgas. Entró en el monasterio cuando contaba 70 años, arropada del cariño de sus familiares, que contemplaban atónitos la vocación de su madre y abuela.
VIA LUCIS 2018
Por cuarto año consecutivo hemos celebrado en el Monasterio de Las Huelgas, poco después de la octava de Pascua, un Via Lucis por el pequeño claustro románico llamado “de las Claustrillas”.
Fue una feliz idea de D. Carlos Izquierdo, párroco de san Antonio Abad, que viniesen sus feligreses a rezar con la comunidad esta reciente devoción que cada año va teniendo más y más adeptos. Así como en el tiempo de Cuaresma los cristianos rezamos el Via Crucis, en el que meditamos y acompañamos al Señor en su camino hacia el Calvario ahora, en el tiempo de Pascua, meditamos y acompañamos a sus discípulos en el camino a Galilea, al encuentro del Señor resucitado.
En base a catorce textos de los evangelios donde se nos narran las apariciones de Jesús, los feligreses y la comunidad oramos y cantamos unidos, dando gracias por la siempre sorprendente presencia de Cristo vivo entre nosotros.
Como es lógico después ponemos en común, en pequeños grupos, lo que la Pascua ha supuesto para cada uno de nosotros enriqueciéndonos así unos a otros: monjas, catequistas, niños y mayores, religiosos y todo aquel que, voluntariamente, quiera compartir su experiencia del Señor resucitado.
Para celebrar que JESÚS VIVE, tomamos cordialmente un chocolate con unas pastas en el mismo claustro, antes de pasar al coro a rezar las Vísperas con la comunidad.
El esquema de nuestro Via Lucis es prácticamente el mismo año tras año. Lo que varía siempre es la huella que en el camino de nuestra vida va dejando la experiencia de Jesús resucitado, vencedor del mal y de la muerte, glorificado con Dios por toda la eternidad.
Que la alegría de Jesús resucitado nos acompañe siempre
Mary Carmen Sanjuan
Vivir la Semana Santa y la Pascua de Resurrección en el monasterio del Cister de Santa María la Real de las Huelgas, compartiendo con las monjas los tiempos litúrgicos de oración, ha sido una experiencia espiritual profunda y enriquecedora en muchos aspectos.
(Monumento en Jueves Santo)
La mente se sosiega, la oración se intensifica y la convivencia en la hospedería nos ha enriquecido al compartir mutuas experiencias.
Esto es lo que se vive en el monasterio, porque es lo que la Comunidad que lo gobierna tienen como vocación y lo ofrecen y comparten con todo el que lo busque. A ello contribuye notablemente el magnífico entorno, la cálida acogida de las hermanas, el silencio, el sosiego, la paz en un gran monasterio con amplios espacios exteriores y una recoleta Capilla donde compartir con la Comunidad el rezo de las horas litúrgicas y las celebraciones eucarísticas.
Todo ello ofrece un ambiente que genera calma y serenidad, junto a la oración de los salmos en comunidad con las monjas.
( VIGILIA PASCUAL )
¡PASCUA DE RESURRECCIÓN!
¡ALELUYA, ALELUYA!
Ya el espíritu en paz y enriquecida el alma con esa vivencia tan sencilla, profunda y gratificante, se regresa a la vida ordinaria en el mundo, al ruido y a las obligaciones personales, con una base interior rica y sólida para seguir caminando por la vida cotidiana, de una forma más segura y serena.
Vivir unos días de silencio en este monasterio es muy enriquecedor para el alma y la paz de espíritu.
Lucía, María Asunción y Mª Consuelo
Madrid
Con motivo de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, cuyo lema en este año 2018 fue: “La Vida Consagrada, encuentro con el Amor de Dios”, a iniciativa del párroco, D. Carlos Izquierdo, celebramos una Eucaristía dominical en el Monasterio de Las Huelgas (Burgos), a la que asistieron numerosos feligreses, así como miembros de las diferentes comunidades religiosas pertenecientes a la parroquia San Antonio Abad: Familia Salesiana de San Juan Bosco, Misioneras hijas del Calvario, Terciarios capuchinos (Amigonianos), los seminaristas del Redemptoris Mater y la comunidad cisterciense de Huelgas.
En este año tuvimos el gozo de contar con la asistencia del grupo de confirmación, jóvenes que han realizado diferentes momentos de encuentro con la comunidad de Las Huelgas, y a los que conocemos un poco más por los diálogos e intercambios tenidos en el locutorio con las monjas.
Fue un momento oportuno de seguir cultivando los lazos de fraternidad con toda la parroquia de San Antonio Abad (Burgos) a la que pertenecemos, y con todas las familias religiosas que embellecen la vida de nuestra comunidad parroquial.
Con el canto de entrada y la procesión inicial un miembro de cada familia religiosa llevó el icono de su logos y lo depositó en un lateral sobre un atril para que todos viéramos el don inmenso de Dios con la Vida Consagrada tan diversa.
Fue una celebración gozosa en la que todos participamos activamente con cantos, lecturas, preces y un agradecimiento final de la M. Priora, M. Mercedes Lorenzo, en ausencia de la Madre Abadesa.
A continuación M. Mercedes invitó a un pequeño ágape fraterno en donde pudimos compartir unas pastas y de nuevo comprobar la verdad del salmo: “Ved qué dulzura qué delicia convivir los hermanos unidos”.
M. Pilar Avellaneda
¡GRACIAS SEAN DADAS A DIOS!
“CÓMO PAGARÉ AL SEÑOR TODO EL BIEN QUE ME HA HECHO” (Sal 115)
Bendito eres Señor, te doy gracias de todo corazón por haberme llamado (Jn 15, 16)
Es para mí una “gran alegría” poder compartir esta “experiencia de amor” del Señor con el Señor. Experiencia que creo yo, cada uno de nosotros hemos tenido en algún momento de nuestra vida, “el paso del señor”, esa llamada o invitación a convertirnos, a estar con Él, a hacer un alto en nuestra vida y decir: ¿Qué estoy haciendo? ¿Realmente soy feliz? ¿Qué le falta a mi vida?… y si te das cuenta que hay un vacío en ti que no se puede llenar con nada, ni con nadie, es ¡el Señor! Que te está ¡llamando! Con gritos de loco enamorado…Ven… con suspiros de quien ansía una vida contigo. Ven… tan sólo escucha en tu corazón esta tierna llamada que Él te hace: Ven… y respóndele con un “SÍ voy contigo”; aunque al principio te sorprendas y digas, pero ¿Yo…? Y Él te diga, sí ¡Tú! Sólo responde y confía, que Él hará lo demás.
Yo lo escuché y aquí estoy muy feliz, sinceramente feliz (Jn 15,11) no miento.
Si bien es cierto mi vocación nace dentro del seno familiar (Jr. 1,15) ya que fueron mis padres los que me inculcaron estos valores cristianos: la fe, el amor a Dios, a mi madre santísima y al prójimo. Fueron ellos los que prepararon el terreno…a los cuales les estoy eternamente agradecida.
Pero es el Señor quien en medio de todo, tocó mi pobre corazón y me llamó: Para servirle, amarle…exclusivamente a “EL” y sólo El en esta vida contemplativa Cisterciense, una vida realmente ¡sorprendente! Es que tienes que vivirla para que sientas lo que pasa en ti cuando te sientes amada, acogida… por “El” y también por las hermanas, que para mí son un ejemplo grande de Fidelidad al Señor. Desde ya, este ambiente de silencio te ayuda a estar a la escucha de su voz, pero yo diría que el claustro es el único y mejor lugar para estar a solas con “El Amado”, verdaderamente hay paz (Jn14, 27)
Desde que entré al monasterio, el señor no ha parado de manifestarme su amor de una y mil maneras y así cada día que pasa se vuelve nuevo para mí: realmente estoy ¡sorprendida! Y me gozo con ÉL, sólo Él lo sabe todo (Lc 21.15-17) Mi corazón vive cada día agradecido por este regalo que me hace el Señor, sin yo merecerlo en absoluto ¡bendito sea el Señor! Y seguiré aquí, porque no encuentro mayor felicidad si no es a su lado, con cruces y todo, pero con Él.
Y ahora que estoy comenzando mi camino, una nueva aventura; puedo decir que he encontrado al Amor de mi Alma y no lo soltaré.
Me encomiendo a tus oraciones y así mantener el corazón despierto (Cant.5, 3; Mt.25,1-13) y hacer su voluntad.
Quiero que sepas que pido por ti, para que también le hagas un espacio en tu corazón y lo dejes entrar y quedarte con Él (Lc 24.29)
Que nuestro buen Dios y la protección de nuestra Madre santísima te acompañen, bendigan y fortalezcan siempre tu vida.
Con cariño fraterno, María Luisa
El día 14 de agosto, con gozo la comunidad de Santa María la Real de Las Huelgas, se reunió en la sala capitular, una de las dependencias del monasterio donde se desarrollan las reuniones comunitarias privadas, para celebrar la iniciación a la vida monástica de nuestra hermana Mª Luisa Monsalve, lo que popularmente conocemos como la “toma de hábito”. Es un sencillo rito con el que se comienza el noviciado canónico. En él se pide la gracia de Dios para que preceda y acompañe a esta hermana en su camino monástico, en el cual da ahora los primeros pasos.
En este entrañable momento comunitario la hermana mantiene un diálogo con la Madre Abadesa, en presencia de toda la comunidad, en el que le interroga sobre su intención y libertad en este paso. La candidata a la vida monástica pide ser enseñada a seguir a Cristo, por el camino del Evangelio, según la Regla de San Benito y las tradiciones cistercienses. A esta petición la Madre Abadesa responde que Dios lleve a perfección la obra que ha empezado en ella, a lo que toda la comunidad se une con el amén. Unos minutos de silencio para orar juntas e intensamente por la hermana, y se pasa a la vestición del hábito, signo de conversión y deseo verdadero de renunciar a la mundanidad que se viste de prepotencia y vanidad, y dejarse revestir continuamente de Cristo, manso y humilde de corazón. Toda la comunidad la acoge con el abrazo de la paz y la alegría fraterna. Seguidamente marchamos a la Capilla para el rezo de las primeras vísperas de la Asunción de la Virgen con el corazón lleno de gratitud por el don de esta hermana para la comunidad.
Monasterio de las Huelgas (BURGOS) M. Pilar Avellaneda
Experiencia Didáctica de la puesta en marcha de “SAPIENTIA AMORIS”
“Sapientia Amoris”, este bellísimo camino formativo de nobles ideales, que pretende el anclaje de la teología en la tierra nutricia de la vida monástica –y de toda la vida contemplativa– en nuestra incipiente experiencia, está siendo un cauce propicio para un trabajo de formación permanente “comunitario”. El gran bien que hemos descubierto de este itinerario está en el especial acento en la dimensión comunitaria de la formación, donde la primacía está en el cultivo serio de la vida en el Espíritu –con hondura teológica y contemplativa- que disponga a renovar el espacio humano de la fraternidad en los monasterios.
Amar a Dios conlleva el desear saber lo más posible de Él, así como amar a Cristo implica buscarle, conocerle y reconocerle lo más posible. Amor y conocimiento se compenetran y alimentan mutuamente, y renuevan la vida fraterna como espacio humano habitado por el Dios Trino.
Con esta certeza en el corazón, hemos iniciado la puesta en marcha de este plan formativo con pequeños pasos que -a través de estas líneas- os compartimos.
En primer lugar, hemos realizado –tras la presentación oficial del plan– varios “encuentros motivacionales comunitarios” donde -en diálogo fraterno- hemos comunicado la identidad de “Sapientia Amoris”, qué busca, qué fines o meta tiene, qué espíritu mueve los estudios monásticos, la realidad de que este plan no busca un mero estudio sino una “reflexión orante” que toque la vida…y hemos despejado dudas, incertidumbres, incomprensiones y desalientos que mentalmente maximizan las dificultades.
Para ello nos hemos valido de la lectura y diálogos comunitarios de algunas páginas del nº 1 de la colección “Sapientia Amoris”, tales como: la presentación, el epílogo, el espíritu de los estudios monásticos (p. 266-271), la metodología explicada con detenimiento y refrendando preguntas y dudas.
Fue muy lúcido para todas ver la diferencia entre los estudios teológicos en una universidad, que se parecen más a un “torrente avasallador” de datos, y el ritmo de los estudios teológicos en un monasterio que se asemejan más al “rocío cotidiano” que cae sobre la tierra, que previamente han labrado la lectio divina y la liturgia. Así el estudio de Dios y el Opus Dei convergen en la misma realidad: la persona de Dios a la que queremos conocer más y más. Esta diferencia agradó y atrajo interés hacia el plan.
La meta de “Sapientia Amoris” -que se desprende de este primer número y que presentamos con detalle leyendo algunas páginas y comentándolas- es la renovación del espíritu de la comunidad. Esto convenció y abrió horizontes para entrar en el plan de lleno, involucrándose cada miembro; las edades, los deterioros físicos o psíquicos que frenaban el interés por esta formación se salvaron, ya que se intenta no la memorización de datos ni la mera erudición, sino la renovación del corazón y la vida de cada hermana y por tanto del cenobio. No es una formación en solitario, esta certeza gustó; y también atrajo el ser una formación con una fisonomía trazada por lo sapiencial y esponsal, rasgos con los que se identifican desde dentro los llamados a vivir una vocación monástica, tejida de escucha y de adoración, de sabor y de comunión.
Durante estos encuentros se ha tratado de aupar, levantar y hacer crecer el deseo de todas por entrar en un camino común de enriquecimiento mutuo, todas juntas sin excluir a nadie, cada una aportando la luz recibida, para conocer mejor la vida y la persona de Cristo, y configurarnos cada vez más con Él. La persona de Jesús y su relación vital con Él es el mejor móvil para la monja.
El espacio sagrado del monasterio se aunó en una “meta común” que inyectó una nueva ilusión a la comunidad, un proyecto común que atrajo a todas. Y con la reproducción del DVD de la presentación del plan, como acto comunitario, se cerró el primer periodo de motivación.
Ciertamente estamos en los inicios, pero hemos comprobado que el éxito de estos primeros pasos en la formación dependen del grado de implicación de todos los miembros de la comunidad –tengan la edad que tengan- y el trabajo en equipo es imprescindible, así como también la motivación de todas hacia un bien común.
Estamos aprendiendo –comunitariamente- a realizar una reflexión orante, donde el estudio se está convirtiendo en búsqueda de Dios comunitaria, amando las preguntas que de ella surgen, viviendo las preguntas y su espoleo como trabajo pedagógico personal y comunitario de toda la vida, aprendiendo a responder en lo cotidiano y a bajar a la realidad concreta lo reflexionado y orado.
Hemos seguido el paradigma de Moisés que se preguntó: ¿por qué arde esta zarza sin consumirse? y esta pregunta le abrió el acceso a Dios y a su diálogo, a partir del cual le cambió la vida. Nosotras hemos intentado entrar en el asombro de quien se abre a la escucha profunda de la Palabra para la que nació, también desde la formación que abraza la vida, en un peregrinaje sin parada hasta el final, y -en este momento de la historia del monacato- desde la dimensión comunitaria, respondiendo a Dios con una fidelidad cotidiana y sencilla, y una existencia “responsable” también en la formación.
M. PILAR AVELLANEDA RUIZ, CCSB
Un himno del tiempo pascual tintinea en nuestros oídos y nos invita cada día: “Hacia la aurora marchemos, de las tinieblas huyamos, porque no hay sombras oscuras ni tristezas a su lado”. Esta invitación de la Iglesia a sus hijos la hemos querido secundar recorriendo, un año más, las catorce estaciones de la Resurrección del Señor, lo que conocemos como “Via Lucis” o camino de la luz, una forma de devoción cristiana reciente que fomenta la meditación sobre la Resurrección de Jesucristo y algunas de las apariciones de Jesús resucitado y otros episodios registrados en el Nuevo Testamento.
Este encuentro, por tercer año consecutivo, lo hemos realizado en un marco lleno de belleza e historia, las claustrillas del Monasterio de Santa María la Real de Las Huelgas. Un lugar propicio para la rumia y meditación que la tradición monástica ama entrañablemente. Convocados por D. Carlos Izquierdo, párroco de San Antonio Abad, y la abadesa de Las Huelgas, M. Mercedes Amutio, numerosos feligreses y la comunidad participamos de este encuentro fraterno que posibilitó el mutuo conocimiento y la comunión entre los feligreses y las monjas de la comunidad.
Este año contábamos además con un grupo de estudiantes, monjes y monjas, de la OCSO y la CCSB, así como algunos alumnos benedictinos, y alumnas de la Orden de Císter, que con gozo participaron en el acto religioso. Con su presencia alegraron a todos en este encuentro fraternal, y con su participación en las estaciones del Via Lucis propiciaron un ambiente orante del que todos disfrutaron y se beneficiaron
Tras las catorce estaciones, los asistentes nos dividimos en cuatro grupos de diálogo en cada ángulo del claustro monacal, y en ágil diálogo compartimos la experiencia vivida en este día y durante el tiempo pascual. En esta gozosa collatio, libremente, cada uno exponía sus impresiones, su vivencia y su valoración de este camino de luz, convirtiéndonos así en piedras vivas del edificio de la casa de Dios por la comunicación, hoy tan enriquecida por los jóvenes en formación.
Damos gracias a Dios por la posibilidad de este encuentro, y animamos a la participación en sucesivos encuentros, para aportar al tejido parroquial cada uno su grano de experiencia y vida que ayude a caminar juntos hacia la misma aurora de Cristo Resucitado.
M. Pilar Avellaneda
Durante el Capítulo General que se ha celebrado en el Monasterio cisterciense de Santa María la Real de las Huelgas (Burgos) del 4 al 15 de septiembre, ha sido elegida Abadesa Presidente de la Congregación Cisterciense de San Bernardo, por un periodo de seis años, MADRE ANGELINES DE FRUTOS BENITO.
Después del Evangelio se procedió a la bendición de la abadesa, siguiendo para ello el ritual cisterciense.
Antes de concluir la Eucaristía, la nueva Abadesa Presidente subió al presbiterio para dar las gracias a todos los presentes.
Por último, a los acordes del órgano, y de nuevo en procesión, se dio fin a esta emotiva celebración dando gracias infinitas a Dios.
EL DÍA A DÍA DEL AÑO DE LA FE…
EN EL MONASTERIO DE LAS HUELGAS
Vuestras hermanas Cistercienses de Las Huelgas. Burgos.